Las flores, paisajes, atardeceres y Medellín hacen parte del sofisticado mundo de Andrés Pajón, quien en su mas reciente colección plasmó la belleza y reminiscencia de las puestas de sol de la tacita de plata, donde las siluetas, los tonos pastel y brillo hacían parte del vestuario del siglo XX, época donde el lujo se ratificó como parte importante en la sociedad y mas para las mujeres, quienes buscaban a sus modistas predilectas para vestir trajes realmente suntuosos y dignos de una feminidad poderosa, liberadas del machismo y ataduras sociales.
El equipo creativo Pajón-Cartagena unificó conceptos, diluyó tonalidades y fundieron elementos tendenciales correctos para la creación de una colección perfecta; la armonía de la fluidez textil y los accesorios elaborados para la presentación afianzaron la idea de exponer una mujer dotada de sensualidad, una ninfa, su musa inspiradora, una belleza idónea para lucir cual diosa.
Una paleta de color que incluye los crema mas ligeros, delicados amarillos en su tonalidad mas suave, naranja tostado, blanco perla y menta, fondos que se ven acompañados gratamente por orquídeas (flor nacional) adheridas a varios trajes siendo una concepción sutil de la belleza que existe en las flores, mas aún por la forma, delicadas curvas y tonos que bañan cada pin para destacar la armonía que genera la estética lograda por la firma.
Las joyas y complementos de joyería son cuota especial de La Libertad; SANANGEL, marca de marroquinería y calzado se añade al éxito de la pasarela con sandalias de borlas y los bolsos de mano, accesorios en cuero y la reinvención del carriel de la mano de Natalia Melguizo.
Así se contempla una presentación que realmente deja aplausos y ovaciones para una firma de lujo local que tiene visión y claridad en la sofisticación que quiere brindar a la industria Nacional. ¡BRAVO!.
Imágenes : Alexandra Renneberg/Culturaclick para Vogue.mx
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