Con una colección cargada de color y estructura es como el diseñador da la apertura a la semana de la moda más importante en Colombia, también, su puesta en escena y la estética manejada en pasarela nos da un bocado visual que muestra madurez y nuevas formas de estimular la visión de moda en el país.
Inicia el recorrido para encontrar nuestro asiento en una bodega enorme de la fábrica de licores de Antioquia, pareciera infinita, llena de barriles con ron añejo que van desde el suelo hasta casi el techo, apilados uno sobre otro, una muralla impenetrable que da vueltas y giros hasta que se divisan sillas y lugares estratégicos para observar todo con detalle, poco a poco se llena el sitio y se apagan las luces, es momento de comenzar; música estrepitosa y pasan los primeros atuendos, mezclas florales, animales y geométricas en materiales rígidos, plásticos impresos que dan estructura a chaquetas, faldas y tops, casi armazones unidos con hilos firmes, patrones perfectos que envuelven el cuerpo femenino y se fusionan con livianas telas y elementos en rosa, lila, rojo y negro, sofisticando cada estilismo y suavizando la colección; los colores neutros se dejan ver entre salidas unidos a la sicodelia vibrante de los tonos fuertes y brillantes.
Finaliza el desfile con la pureza del blanco, las frases románticas tejidas en velos y novias que destilan sensualidad, así es, la nueva apuesta a una mujer ultra femenina que da el sí, que no pierde su esencia, poderosa, arriesgada y única, a lo Jorge Duque.
Fotos: Inexmoda.
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